En días como hoy, sí, típico lunes en el que tienes mogollón de proyectos por delante, que no encuentras tiempo para planear ¡no la semana! si no, más bien, ¡los meses! recurro a mi memoria (y a Instagram, porque a veces me falla,- me estoy haciendo mayor) y hurgo para ‘desempolvar’ los recuerdos del verano. Porque sí, aunque haya pasado menos de 1 mes, mis vacaciones ya las veo súper lejanas. La verdad es que ha sido un verano que recordaré siempre. He estado en ‘dos puntas’ de España: Cádiz, mi tierra natal, y el Valle de Arán. Y si el último destino lo recordaré por los paisajes (aunque más por la compañía y el motivo personal que encerraba ese viaje), del primero destacaré la reunión con mi grupo de amigos de siempre (que hacía tiempo que no coincidía) y mi reseteo total en el Hotel Barceló Sancti Petri.
Me habían invitado a pasar un día para comprobar de primera mano que se trataba del auténtico, como reza Kira Miró en su post para Woman, ‘Templo de relax en Cádiz’. Y, la verdad es que, ¡tengo delito! Siendo de allí, ¡cómo no se me había ocurrido ir antes! Pero es que cuando tienes las cosas tan cerca siempre sueltas esa frase de “ya iré” y… al final, nunca vas.
Pero esta vez dije, ¡quiero comprobarlo! Y nos fuimos mi mejor amigo y yo a disfrutar de la gastronomía, sus piscinas (seguro que habéis visto mis fotos en Instagram) pero, sobre todo, lo que más nos gustó (perdimos hasta la noción del tiempo) fue el circuito de aguas de su fabuloso SPA (un 10) y su nuevo y relajante Masaje Improvisado: un ritual que evoluciona según diferentes factores a lo largo de su hora y media de duración. Una auténtica maravilla, no me extraña que Kira denominara al Hotel Barceló Sancti Petri como ‘Un templo de relax en Cádiz’.
Las sensaciones que percibe el terapeuta, las tensiones que se aprecian en determinadas regiones corporales, o las necesidades que transmitamos en una entrevista previa con la Wellness Personal Assistant del hotel son las premisas a tener en cuenta y que luego se trasladan en forma de masaje. Una auténtica pasada pensada para los 5 sentidos: tacto, olfato, oído, vista y hasta gusto se deleitan mediante diferentes elementos que se encuentran en cabina. Plumas, pindas, alimentos, instrumentos y otros elementos entran en escena para sorprender en cada momento y conseguir una experiencia integrada y realmente positiva. Así, se puede disfrutar de un masaje lleno de sorpresas mientras se oyen sonidos relajantes, se siente la suave caricia del algodón, se desvanecen las contracturas con técnicas de presión y amasamiento, o se saborean gotas de naranja.
Al evolucionar de manera improvisada de acuerdo a nuestras necesidades, alcanza los máximos beneficios a nivel interno y externo, ya que se desarrolla de modo absolutamente personalizado con el fin de acertar en cada uno de los objetivos del masaje. Objetivos que, por otro lado, igual no se plantean desde un inicio y surgen a medida que se aplican las diferentes técnicas.
Al terminar sales completamente renovado, como en una nube, y es que con el Masaje Improvisado se consigue:
-Reducir la tensión muscular
-Relajar en profundidad
-Mejorar la circulación corporal y facial
-Potenciar y desarrollar determinados sentidos
-Vivir una experiencia tailor made
Así que si tenéis planeado algún viajecito en breve o sois de los que planeáis vuestras vacaciones con un año de antelación… si vais a Cádiz no dudéis ni lo más mínimo en pasar un día (al menos) en el Hotel Barceló Sancti Petri para rendiros ante su masaje improvisado. Yo lo tengo claro, el año que viene pienso repetir y encontrar el relax en Cádiz.
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