Hoy quito el tapón del frasco de la fragancia que ‘viste’ al nuevo hombre 100% classy. ¿A qué huele Valentino Uomo?
Desde que Valentina salió a la luz no tardé en regalársela a mi madre por Navidad. Su olor, el frasco, el color… Parecía que la habían hecho para ella. Y eso es lo que hace bueno un perfume (además de la calidad de la formulación y el perfumista) que se convierta en tuyo. He de confesar, como ya admití en el post de Perfumes de mujer que le puedes robar a tu novia, que nunca he sido fiel a un perfume / colonia. Me encanta variar. De hecho, soy de los que se perfuma según la situación, estado de ánimo, ropa que lleve… Tengo 3 perfumes básicos en mi día a día pero, de repente, por sorpresa, se ha colado un 4: Valentino Uomo.
Su frasco me recuerda a un buen licor y ya solo por eso me atrapa (queda genial en la cómoda del dormitorio), pero lo que realmente os interesa es saber es ¿A qué huele Valentino Uomo? Olivier Polge ha ideado esta fragancia con notas que van cambiando a lo largo del tiempo (probadla, lo notaréis, no es un ‘farol’ de la nota de prensa). Además, como la ropa, su estilo único, sutil… solo se puede apreciar de cerca (que te huela alguien el cuello, ya verás que pasa después…), como las iniciales o botones en el cuello de una camisa. Un aroma compuesto por notas ácidas de bergamota y un toque especiado. Con un ligero aroma de mirto, desprende atrevidas notas de café y un toque reluciente de crema de gianduia, creando una combinación excitante, sensual, memorable… Vamos, que cada vez que te la pones ¡triunfas! Mejor que los olores (que siempre nos quedamos todos un poco ¿qué? cuando los leemos) os voy a decir cuándo es el momento ideal para pulverizar Valentino Uomo sobre vuestro cuello y muñecas: Es perfecta para una entrevista de trabajo, una cita, una ‘reconquista’, un evento en el que haya medios de comunicación y tengas que posar en un photocall, etc. Aporta seguridad, da garbo… ¿por qué? Aquí tenéis la clave: encierra los matices envolventes del almizcle propio del cuero blanco que libera todo el esplendor del cedro, un perfume clásico y suave de madera ahumada con un toque de ambigüedad ajá que altera el equilibrio (y los sentidos).
Así que ya sabéis, apuntadla en vuestra whislist de Navidad o, si no podéis aguantar, id a por ella a la velocidad del rayo. Os aseguro de que no os arrepentiréis (ni yo ni l@s que me han olido lo hemos hecho).
Fotografía: Adriana Roslin
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