Si la semana pasada cómo lavarse el pelo en verano fue uno de los posts más vistos del blog, he querido continuar la rutina del pelo con la ayuda de Alba Pujolàs Massoni, estilista de Salon I Concept Hair Louge Centro Aveda (Majadahonda, calle Santa Catalina 19. Abierto de lunes a viernes 10h a 19h y sábados 10h a 13h), que os va explicar cómo cuidarse el pelo en verano: cómo protegerlo, qué hacer con la exposición solar, cómo secarlo… Tomad nota.
De todas mis manías, la que más destaca es la del pelo. Todo aquel que me conoce bien sabe que no puedo salir de casa sin peinarme. Y lavarme el pelo, obviamente, entra dentro de esa manía. De hecho, a veces me lo lavo todos los días. ¿Es malo? ¿Bueno? Algún día os desvelaré las incógnitas. Pero justamente de pelo y de lavar es de lo que os voy a hablar hoy. Seguramente muchos de vosotros (o no) se haya hecho la siguiente pregunta: ¿cómo me lavo el pelo en verano? Yo, que pensaba que lo sabía todo (o casi todo) sobre pelo pensaba que podía contestar a esta pregunta. Es cierto que domino algunos truquillos, pero he preferido consultarle a Claudia Di Paolo, experta en tratamientos para el cuidado del cabello, y esto es lo que me ha contado sobre cómo lavarse el pelo en verano…
Seguro que muchos de vosotros piensa que seguir una dieta en verano (ya sea para adelgazar o entrenar) es prácticamente imposible. Yo también lo creía hasta que mi asesora nutricional, Victoria Pousa, de RV Asesores Nutricionales (en Madrid en The Beauty Concept) me demostró todo lo contrario. Mis dudas comenzaron cuando, después de estar 4 meses y medio dándolo todo y consiguiendo mi objetivo, se empezaron a acercar los meses de verano, la planificación de las vacaciones… Así que le dije que me elaborara una serie de recetas de desayunos saludables para verano y así poder continuar con mi rutina estando de vacaciones. Estas son sus recetas, tomad nota…
Siempre he sido hombre de manos secas, pero desde que voy al gimnasio las tengo mucho más ásperas y con algunos callos: el mal de todo deportista. ¿Acaso vosotros no? Siempre me hecho crema de manos todos los días, incluso antes y después de entrenar pero aún así no me sirve. Le transmití mi problema a Helena M. Pujolasos, formadora técnica de Sénev, firma francesa experta en manos y pies y esto fue lo que me contó sobre cómo quitar callos de las manos por el gym.
Hace unas semanas tuve la oportunidad de probar un nuevo tratamiento de Gema Cabañero llamado Here comes the sun, que consiste en preparar la piel antes del verano. Se trata de un gran regulador de los melanocitos que se adapta a las necesidades de cada persona previniendo la aparición de manchas (importante) y activando el bronceado. Además, tiene un alto poder defensivo ante el foto-envejecimiento y anti-glicación. Os lo cuento detenidamente…
Dormir bien es fundamental para el estilo de vida y, en consecuencia, para la belleza, tanto del hombre como de la mujer. Sobre todo cuando viajamos, ya sea por trabajo o por placer. La situación que ocurre cuando estamos de viaje es la siguiente: llegas al hotel, te acuestas y… la cama es incomodísima. Por más que te gires y te pongas de un lado o del otro terminas hecho un siete y sin dormir, habiendo contado ovejas, cabras y todo animal de granja que se te ha pasado por la cabeza. Por ello te quiero proponer un reto: que participes en el concurso Hotel Ibis #SweetBedIbis para que compruebes por ti mismo, y con un acompañante, qué significa dormir en un hotel (o lo que se tercie) sobre una cama cómoda.
Puede que muchos de vosotros se muestren reticentes a la hora de empezar a leer este post, pero si de algo estoy convencido es de lo siguiente: seguro que muchos de vosotros ha pensando en algún momento en eliminar la cara cansada, las ojeras, unas arruguitas ‘de un plumazo’. Pues bien queridos lectores: «para milagros, a Lourdes». ¡No existen en el mundo de la belleza! Ni la magia tampoco. Podemos hacer uso de ampollas flash pero el maquillaje es vuestra salvación. Así que si queréis borrar de forma momentánea algo que no os gusta tendréis que recurrir a él. Lo sé, lo sé, y así lo he dicho al principio: algunos de vosotros no os vais a sentir cómodos, pero tranquilos. No se trata de salir a la calle «pintado como una puerta», como una folclórica, con la cara de la Señora Doubtfire… Lo que hay que hacer es poner un poco aquí, otro allí, sin que se note, como el botox bien infiltrado, que no se nota, y para ello hoy os traigo una serie de consejos para que ‘cómo maquillarse siendo hombre’ no sea ningún problema nunca más.
Este sábado sufrí en mis propias carnes, nunca mejor dicho, el calor de una quemadura de cigarro. Estaba en una discoteca, sí dentro, cuando de repente, sentí, sobre mi brazo desnudo, su calor. ¿No estaba prohibido fumar en espacios cerrados? Al principio pensé que era una quemadura leve, pero… no fue tal. Era bastante profunda y grande. En ese momento me entraron ganas de hacerle de todo al fumador pero me contuve y, tras sus miles de disculpas, cogí la copa que tenía en la mano y (no, no se la tiré, ya os he dicho que me contuve) me la puse en la quemadura. Hace tiempo oí que una de las maneras de curar una quemadura de cigarro era con frío y, en ese momento, era lo único que tenía para evitar que se formara ampolla.
Si hace un año las pizzerías y los take-away de sushi dominaban las calles de Madrid, ahora la comida le ha cedido su trono a la belleza con miles de centros que ofrecen al milagroso chaleco electroestimulación como la auténtica solución para estar buenorro todo el año con tan solo 2 sesiones de 20 minutos a la semana. Paradójico, ¿cierto? Y es que la tendencia domina el mundo. Facebook, Twitter pero sobre todo Instagram están repletos de fotos y vídeos en los que el hashtag #workout es el trending topic absoluto. En lo que a mí respecta, puedo decir que fui de los primeros en probar ese milagroso chaleco electroestimulación (hace ya más de un año, casi dos) y… tenía ganas de volver a reencontrarme con él para sentir sus ‘latidos’. Pero claro, de todos los centros que existen ¿cuál es el mejor?
Nunca he tenido miedo al dentista. Desde pequeño ha sido como mi segunda casa porque no se me caían los dientes. Recuerdo la primera visita, mi madre seguro que tampoco la olvida. Estaba poseído por un miedo irreal transmitido por mis compañeros de colegio “es horrible, una persona con bata blanca te empieza a tocar la boca y te hace daño con unas cosas rarísimas”. No recuerdo exactamente la conversación pero supongo que fue algo así… y si a eso le añadimos que vi (a escondidas) una película de terror llamada ‘El dentista’ el miedo aumenta. Pero teniendo en cuenta que tras el primer diagnóstico parecía que tendría que ir más veces tenía dos opciones: seguir comportándome como un histérico o madurar y hacerme ‘inmune’. Obviamente, opté por la segunda.
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